Muchos de los placeres del fetichismo los incorporamos en nuestra vida cotidiana, y cuando se trata de ir más allá de los estándares sexuales impuestos por la sociedad moderna, el morbo o la necesidad de experimentar se convierten en una línea segura sobre la que seguir desarrollando la sexualidad. La idea de llegar al éxtasis por medio de ésta, ha calado hondo entre las personas de nuestro siglo.
Algunos sexólogos describen el fetichismo como el complemento a la relación, representado en actitudes de sensualidad y erotismo, prendas tales como la lencería de vinilo, los disfraces sexuales u otros elementos que contribuyan a construir la fantasía del fetichista. Estos elementos buscan enriquecer y hacer más placenteros los encuentros sexuales.
Como decíamos, la sexualidad es un tema muy importante en estos días, y una gran cantidad de parejas no quieren quedarse en la monotonía del sexo conservador; el fetichismo cumple, de este modo, una función básica, despertar la imaginación de los jugadores, sean pareja o no.
La lencería: oscuro objeto de deseo
Las actitudes fetichistas residen más en el plano de la imaginación y ciertas prendas contribuyen a materializar la fantasía que hay detrás de todo encuentro sexual.
Cada vez con más frecuencia, lograr una gran satisfacción sexual plena requiere de la puesta en juego algunos elementos como la lenceria de latex u otros objetos que estimulen la fantasía de los implicados.
Por otro lado, la lencería de cuero cumple un papel destacado dentro de los juegos sexuales. Por ejemplo, los/las dominantes que utilizan vestimenta de cuero negro ajustada, generan un nivel de satisfacción sexual altísimo en personas con este fetiche.
El cuero, como símbolo sexual es universal y está presente en distintas formas. El material se transforma en látigos, máscaras, correas, cordones y demás objetos para disfrute del tacto y la vista.
La lencería se encarga de disfrazar el sexo, ya que el vestuario representa el gancho antes de ir directamente al acto sexual. Ver sin tocar aumenta la tentación y el deseo por poseer el cuerpo de la pareja.
Las bragas, brasieres, medias, faldas y calzoncillos son elementos sumamente atractivos para los fetichistas de la lencería. Para aumentar la excitación, se suele oler o frotar la lencería fetichista contra los genitales. Las prendas son mucho más atractivas cuando llevan impreso el olor de una persona, especialmente el de sus genitales, una fragancia biológica destinada a despertar la líbido.
Otras fascinaciones fetichistas
Al margen de la lencería, hay muchos otros elementos relacionados que colaboran para crear el contexto adecuado en un encuentro fetish:
- Altocalcifilia: Personas que se sienten atraídas por los tacones altos, sin importar color.
- Agalmatofilia: Personas atraídas por los maniquíes de ropa que estén desnudos.
- Estigmatofilia: El objeto de adoración es un tatuaje, piercing o cicatriz en el cuerpo, especialmente en la región genital.
En fin, para gustos, colores. Si aún no conoces tus fetiches, te invitamos a explorar bien tus preferencias, especialmente aquellas que tienen un rol más fuerte en el ámbito sexual.